Francia pretende asegurar que todos los platos, vasos y cubiertos vendidos en el país europeo provengan de fuentes biológicas y puedan usarse en la composta.

Si se tiene algo de conciencia de los impactos negativos del plástico y unicel, es muy probable que se intente disminuir su consumo a la hora de comprar la despensa; sin embargo, existen alimentos en los puestos de cada esquina, como jugos, atole, tortas y chilaquiles, o restos de los platillos en los restaurantes cuyos contenedores resultan ser de estos compuestos dañinos para el medio ambiente. Esto podría afectar en un periodo a largo plazo tanto a la higiene de las ciudades, como al bienestar de los ecosistemas en la naturaleza.

La nueva medida, que entró en vigor en Agosto, dará a los productores hasta el año 2020 para asegurarse de que todos los platos vendidos en Francia provengan de fuentes biológicas y puedan usarse en la composta. Esto sigue a la prohibición de las bolsas de plástico vigente desde julio.

Aunque varios países prohibieron también las bolsas plásticas, Francia parece ser el primero en introducir la restricción a los utensilios de plástico. La medida llega después de que París fue sede de una importante conferencia el mes pasado sobre cambio climático.

La prohibición fue propuesta en un principio por el Partido Europa Ecología Los verdes, y fue adoptado por legisladores franceses con el objetivo de reducir el consumo de energía y desperdicio de la industria procesadora de plástico, además de la contaminación causada por los plásticos desechados.

Cabe mencionar, que dicha medida, aprobada en agosto pasado, ha sido criticada por ir en contra de la regla de Libre Movimiento de Artículos en la Unión Europea Pack2Go; además de afectar la economía de los consumidores más pobres, quienes consumen con mayor regularidad esa clase de utensilios.

Sin embargo, esto no significa el fin de los utensilios desechables. Según la nueva ley, los nuevos productos deberán estar constituidos en un 50% de materiales de origen vegetal y ser biodegradables. Estos materiales incluyen, particularmente, almidón de maíz, almidón de papa, fibras textiles o de celulosa y bambú. Cinco años después, en el 2025, el contenido tendrá que incrementarse al 60%.

Con esto, Francia espera reducir el impacto ambiental del plástico convencional, derivado del petróleo, al que le toma varias décadas desintegrarse y frecuentemente es asociado con sustancias que pueden ser tóxicas. Además, se espera una reducción en los costos de energía utilizada en el reciclaje de los utensilios desechables.

Estimaciones señalan que unos 4.7 mil millones de plásticos fueron desechados en Francia tan sólo en 2015, y cerca de 17 mil millones de bolsas plásticas, fueron usadas ese mismo año en los supermercado de todo el país.

Por el momento, grupos de ecologistas se han mostrado optimistas por la medida aprobada, la cual pone a Francia como el primer país del mundo que prohíbe el uso de los platos desechables.