Con el paso del tiempo y según el uso que se le dé, puede que algunas zonas del jardín presenten signos de agotamiento, falte hierba o haya hundimientos o montículos. Estos desperfectos se pueden remediar.
Tener césped en el jardín comporta un correcto mantenimiento y los cuidados necesarios para recuperar las zonas dañadas. Es imprescindible tener en cuenta que el césped es algo vivo que va a requerir cuidados constantes y regulares. Hemos de tener eso bien claro antes de decidirnos por esta cobertura del suelo para que después no tengamos problemas.
En cualquier estación del año nuestro césped puede sufrir alguna agresión, ya sea climática, por plagas o enfermedades que harán que algunas áreas del mismo pierdan su buen color y lozanía. Lo primero que debemos hacer cuando nuestro césped presente una calva o un área donde amarillee será establecer un diagnóstico. El diagnóstico acertado será imprescindible para poder llevar a cabo las acciones pertinentes.
• Reparar zonas con calvas. En las zonas que han quedado un poco pobres de césped o donde hubiera muchas malas hierbas, hay que eliminar la capa vegetal, cavar bien la tierra, añadir un sustrato abonado y nivelar con el resto de la pradera. A continuación será necesario sembrar semillas de la variedad que predomine en el césped, cubrirlas con el mismo sustrato y regar. Si las zonas a reparar son extensas, es más eficaz comprar césped en tepes, que se pueden instalar en cualquier época del año, con la ventaja de que el efecto es inmediato.
• Nivelar los hundimientos y montículos. Si hay un hoyo habrá que levantar con cuidado el trozo de césped con una laya o similar, rellenar el agujero con sustrato abonado mezclado con arena de río, y compactar la tierra pero manteniendo el nivel con el resto de la pradera. A continuación, colocar el trozo de césped, pisarlo un poco y añadir sustrato en los bordes para que se adhiera antes.