Uno de los barrios históricos de Madrid, congrega a los vecinos más modernos y underground de la ciudad.
Su nombre se debe a Manuela Malasaña, heroína madrileña de los levantamientos del 2 de mayo de 1808, contra las tropas francesas. En la Plaza del Dos de Mayo, ubicada en el emplazamiento del antiguo Parque de Artillería de Monteleón, es donde se produjo un foco de alzamiento.
Existen algunos de los espacios abiertos más apetecibles de la capital. Suelen estar muy concurridos. El resto de sus calles son estrechas y con vida, algunas peatonalizadas, perfectas para callejear.
Era un barrio donde los abuelos se saludaban por la calle e intercambiaban pláticas, pero desde la llegada de los hipsters y modernos, los alquileres han subido, las bicis han invadido las calles y las pastelerías pueden cobrarle el doble.
Por suerte, aún sobreviven los conocidos como bares de viejos, baratos y con décadas de antigüedad, librerías con solera y valientes tiendas de discos.
Es un barrio con una ferviente actividad comercial con miles de oportunidades y propuestas distintas para un día de compras. Los protagonistas son pequeños comercios entre los que destacan los dedicados a la moda vintage, de primera o segunda mano, o a los cómics.
Los graffitis de este barrio son tratados como verdaderas obras de arte. El arte está muy presente en las calles de Malasaña. Muchas asociaciones artísticas y pequeñas galerías de arte tienen su sede aquí.
Su oferta gastronómica es muy completa y variada, y es una de las zonas preferidas para salir de fiesta. Las terrazas son otras de las protagonistas de esta zona, se puede disfruta una cocina clásica, hasta recetas más vanguardistas.