La técnica arquitectónica data de más de 3 mil años de antigüedad, y continúa siendo perfecta para los habitantes de la península.

Herencia milenaria de la cultura Maya, con muchos significados en su composición, las antiguas casas Mayas; son más que solo una vivienda, son tradición, son historia y son patrimonio de los yucatecos. Estas casas son frescas cuando hace calor y cálidas en el invierno. Además, que pueden resistir los efectos de los vientos huracanados.

Es bien sabido que los antiguos mayas fueron hombres de ciencia, con basto conocimiento en el área de las matemáticas, pero sobretodo en la astronomía. Su sabiduría fue tan grande, que sus construcciones, asentamientos y sitios de culto fueron siempre estratégicamente colocados y todo elemento justificado por alguna razón científica o teológica en su mayoría, como en el caso de las viviendas antiguas, quienes hoy se han convertido en máximo ícono de la cultura Maya y su forma de vida. La vivienda Maya tradicional de la península de Yucatán, no ha sufrido cambios desde sus orígenes, es de planta elipsoidal, ya que tiene muros redondeados que lo vuelven un espacio acogedor, por su forma envolvente; su estructura en madera con cubierta de guano, la convierte en uno de los espacios más confortables térmicamente hablando de esta muy calurosa y húmeda región. En algunos pueblos remotos todavía se construyen las casas de manera comunitaria, es decir, se congregan tanto hombres como mujeres, para construir la casa de un vecino o una pareja de recién casados, con la promesa de recibir la misma ayuda cuando requirieran reconstruir la casa propia o construir la de alguno de los hijos; esta costumbre se conoce como xula o mano vuelta. Era común hasta hace poco tiempo, que los hijos viviesen muy cerca de los padres o en una vivienda anexa a la de estos.

Método de construcción

Se comienza desplantando en el interior de un piso de sascab (material arenoso de la región) apisonado de aproximadamente unos 15 a 20 cm de espesor, para evitar la entrada de agua al interior de la vivienda. Su estructura es totalmente de madera, sus soportes son postes u horcones (noh ocom) de unos 20 cm de diámetro que con otros de menor diámetro (ocom moy), son la base sobre las que se van colocando los diferentes tipos de varas que formarán la estructura.  Los diferentes horcones se van reforzando mediante unos elementos de liga llamados halabche o trenzado de bejucos, que junto con los coloches o varas verticales, forman un emparrillado anudado con fibras vegetales, que al ser posteriormente cubierto con barro mezclado con zacate, dan forma a los muros o pak lum. Esto le permite crear una barrera térmica, conservando la frescura al interior de la vivienda. Por lo general no se colocan ventanas, pero si dos grandes marcos para las puertas al centro por ambos lados, esto para permitir una circulación franca de lado a lado, tanto de la luz, el aire y los habitantes de la vivienda. Antes de aplicar el enlucido de barro, en la base de los muros se colocan piedras a manera de barrera, para evitar que la humedad pudra la madera y dañe los muros.

Para recibir la estructura, se colocan sobre los muros los largueros o pachna, que sostendrá el emparrillado vertical o hunquiche, que se verán reforzados mediante el hil o emparrillado horizontal. La inclinación de la estructura no sobrepasa los 60 grados, lo que permite el escurrimiento de agua y una protección segura contra los huracanes, muy comunes en la península. Los tanche o crucetas, rigidizan la estructura, que culmina en un caballete o holnache. Sobre esta estructura, se coloca finalmente el huano o zacate, que en algunos casos llega a cubrir la entrada principal de la vivienda, que según dicen algunos, obligan a los visitantes a inclinar su cabeza en señal de respeto para quienes habitan la vivienda.

La parte redonda del techo de la casa, simboliza la bóveda celeste, es decir; el universo, los troncos que forman las paredes deben ser exactamente 52, pues representan el ciclo de la vida de los mayas, el medio por el que se unen dichos troncos, reciben el nombre de Bahareques, mientras que el amarre mayor, el que une los troncos de paredes con los del techo donde se colocan las pajas, es llamado Kibix, hechos con corteza de bejuco. La madera utilizada puede ser el suput o el elemui. Como base, se utilizan algunas rocas que serán el cimiento, pintadas con cal, para evitar que los insectos se introduzcan al hogar.

A pesar de ser una sola estructura, sin divisiones aparentes al interior, es necesario mencionar que quienes habitan estas viviendas, han sabido establecer los límites entre cada uno de los espacios, teniendo así, tres partes. Cada una con los elementos necesarios para cumplir su función; la cocina no cuenta con refrigerador, pero no la necesita, pues conserva los alimentos de forma natural, el agua se almacena en un jarrón de barro que la mantiene fresca; para el pan y la comida, se colocan en un cesto que va colgando del techo y en la parte superior le sostiene una jícara, que es la que evitará que el calor llegue a ellos; en el calabazo, las tortillas permanecen calientes, éstas se hacen a mano, en un comal colocado sobre 3 piedras de tamaño medio, donde se encenderá el fuego; el dormitorio es toda la parte central, donde toda la familia convive antes de dormir e incluso durante el día, el espacio es amplio, con capacidad de entre 8 y 10 personas, los extremos de las hamacas se atan a las maderas de las paredes. Lo mejor de estos hogares, es que no requieren del aire acondicionado, puesto que las palmas del techo conservan la frescura al interior de toda la casa.

Las puertas miran siempre hacia el este y el oeste, de modo que al sentir el sol de frente por la mañana, sabrán que es momento de levantarse.

Aun cuando las costumbres con el tiempo han variado en algunos aspectos, la casa Maya conserva su carácter maternal, no debe ser en vano que las palabras casa (Nah) y madre (Na), tengan de hecho la misma raíz y quizás muy en el fondo, sean la misma cosa. In lakech Ah laken.