Los tres monumentos megalíticos son reflejo de una etapa de la historia de la humanidad en la que se construyeron los primeros monumentos ceremoniales en Europa occidental.
El Sitio Arqueológico Dólmenes de Antequera, Patrimonio Mundial de la Unesco, lo conforman los Dólmenes de Menga, Viera y El Romeral en Antequera, Málaga, y es considerado como uno de los mejores y más conocidos exponentes del megalitismo europeo.
Los megalitos constituyen las primeras formas de arquitectura monumental en la Prehistoria europea, desarrollándose, de acuerdo con los datos actualmente disponibles, desde comienzos del V milenio, antes de nuestra era, período Neolítico, hace unos 6.500 años.
Para llegar a ellos, hay que tener en cuenta que el Dolmen de Menga y el de Viera, se encuentran en la misma área, mientras que el Dolmen del Romeral, más al sur.
Dolmen de Menga
Este Dolmen se ubica en un conjunto de cuevas, y se trata de una edificación de alrededor de 6 mil años de existencia.
Es un enorme sepulcro en forma de galería que desemboca en la cámara sepulcral. El conjunto está calibrado en más de 180 toneladas. También se encunetran en esta zona de cuevas, restos fósiles, así como estudios de los estratos de la Tierra.
Este Dolmen, representa una obra maestra de la arquitectura adintelada megalítica (tradición atlántica), a base de ortostatos y cobijas, única por sus enormes dimensiones que llevan al límite constructivo la tipología de sepulcro de corredor, incorporando una solución inédita de pilares intermedios; de igual modo, el Tholos de El Romeral, complementa el catálogo de construcciones megalíticas con una solución abovedada por aproximación de hiladas a base de mampostería (tradición mediterránea).
Dolmen de Viera
Junto al Dolmen de Menga, encontramos el Dolmen de Viera, del mismo periodo histórico, similar en forma, pero un poco más pequeño. Dolmen del Romeral
Este Dolmen, también en una cueva, es más tardío. Se estima su construcción entre el 3 y 2º milenio a.C. La cámara sepulcral es un ‘Tholos’, es decir, una cámara en forma circular. Las paredes, además, son de piedras de pequeño tamaño.
Tras esta cámara principal, se esconde otra similar, aunque más pequeña, que parece ser, sirvió de altar para ofrendas. En este Conjunto Arqueológico de los Dólmenes de Antequera, se organizan anualmente las Celebraciones del Sol. Se producen 4 veces al año, concretamente en los equinoccios de primavera y otoño, y los solsticios de verano e invierno.
Las Celebraciones del Sol, se deben a que estos edificios megalíticos fueron construidos siguiendo los ciclos astrales, que regulaban cosechas, rituales de muerte, y todos los aspectos de la vida de las civilizaciones antiguas. En estas fechas clave (solticios y equinoccios) se producen fenómenos de luz impresionantes y mágicos entrando en los megalitos, y se organizan visitas especiales para dejarse embaucar por el astro rey y su poder en la tierra.