Muchas mujeres tienen períodos menstruales dolorosos. Algunas veces, el dolor hace que sea difícil llevar a cabo actividades académicas, hogareñas y laborales normales por algunos días durante cada ciclo menstrual. De hecho, la menstruación dolorosa es la causa principal de ausencia laboral y académica de las mujeres.
La idea de Livia nació en 2013, a cargo de médicos e ingenieros israelíes, quienes buscaban un producto que evitara los dolores menstruales sin el empleo de fármacos ni efectos secundarios. Se trata de un wearable que se coloca en el abdomen y produce una estimulación en los nervios, evitando que el dolor menstrual pase al cerebro. De esa manera, corta el circuito del dolor al instante, solo con pulsar un botón.
De hecho, el aparato, que recuerda a un MP3, tiene tres botones: uno de encendido y otros dos para regular la intensidad de unas mini-descargas eléctricas que acaban con el dolor.
La tecnología de Livia se basa en la denominada ‘Teoría de la Compuerta’ o ‘Puerta de Entrada’, desarrollada por Melzack y Wall (1963). Esta teoría defiende que hay un ‘sistema que bloquea’ el sistema nervioso central que hace que se abran o se cierren las vías del dolor. Este bloqueo puede llevarse a cabo por impulsos eferentes (mensajes enviados al cerebro) que paralicen el dolor.
Kaplan es el doctor que se ha encargado de los ensayos clínicos, llevados a cabo con 163 mujeres de todas las edades, y en los que el método Livia ha demostrado su eficacia. También cuando los dolores menstruales son fuertes; y en aquellos casos en que el dolor menstrual es realmente severo, Livia ofrece un alivio significativo, reduciéndolo a un 80%. Incluso puede ayudar a mujeres con endometriosis.
Tras años de experimentos y trámites, el invento pidió financiación a mediados del 2016, vía crowdfunding en la plataforma IndieGogo.