Ferrovía de montaña que une a Italia con Suiza a través de un largo laberinto de valles y de pasos de montaña.
El Ferrocarril Rético no es un ferrocarril como los demás, es una ferrovía de montaña compuesta por varias líneas, entre ellas la de Albula y la del Bernina: sus carriles, acabados al inicio del siglo XX, tuvieron en la época, un fuerte impacto social y económico en las localidades de montaña, finalmente liberadas de los largos períodos de aislamiento.
Además, con sus dos líneas de vía estrecha, la infraestructura ferroviaria se presenta como una obra de ingeniería sin igual en medio de un ambiente hostil como son las montañas que atraviesa. Entre los más espectaculares del mundo, el recorrido del Ferrocarril Rético ofrece a sus viajeros paisajes y emociones que cortan la respiración.
Las dos líneas, hoy unidas por la Compañía Ferroviaria Rética, se han conservado intactas a lo largo del tiempo, con las oportunas innovaciones. En total se atraviesan 55 túneles y 196 viaductos que superan en ocasiones los 2.000 m de altura. La primera línea en funcionamiento fue la Ferrovía de Albula, inaugurada en 1904 a lo largo de 67 km, atravesando 42 túneles y 144 viaductos.
Construida con la piedra local, la ferrovía de Albula era la típica ferrovía de montaña para locomotoras de vapor, que fue convertida en eléctrica posteriormente, alrededor de 1919.
Basándose en diferentes referentes técnicos e inicialmente de propiedad de otra compañía, el Ferrocarril Bernina vio la luz en torno a 1910 con un recorrido de 61 km que pasaban a través de 13 galerías y 52 viaductos. Es uno de los tramos de la transversal alpina más altos de Europa y uno de los ferrocarriles por adherencia más empinados del mundo.
Sin embargo, el Ferrocarril Rético, es una meta turística en sí misma, una experiencia emocionante entre paisajes, profundos valles y picos nevados que no sería posible ver de otro modo. Las líneas unen Italia y la Engadina con el turismo internacional.
Se pueden disfrutar de los parques arqueológicos con las incisiones rupestres de Valcamonica. El punto fuerte de la zona son, sin embargo, las acondicionadas estaciones de esquí de Valtellina, a menos de media hora de distancia, que pueden presumir de localidades de fama internacional como Livigno, Bormio, Santa Caterina Valfurva, Madesimo, Chiesa Valmalenco, Aprica y Valgerola; las pistas de esquí superan los 400 km, un lugar donde disfrutar de unas vacaciones deportivas, relajadas y en medio de la naturaleza.