Como bolitas de algodón, pegados unos a otros, los murciélagos blancos de Honduras reposan escondidos en las hojas de las plantas tropicales de los bosques que habitan.
Los murciélagos viven en cuevas, grietas en rocas, puentes, áticos, árboles huecos, palmeras, nidos de termitas, e incluso en verdaderas ‘tiendas de campaña’. La mayoría de las aproximadamente 1100 especies de murciélagos en el mundo, no construyen sus propios refugios, pero sí 24 de estas especies.
Este es el caso del murciélago hondureño (Ectophylla alba), se encuentra en una zona bastante pequeña que comprende las tierras bajas del Caribe, hasta 700 m en Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá; vive en hojas de Heliconias, a pesar de sus escasos 4 centímetros de tamaño, son muy hábiles creando una especie de tiendas de campaña con las hojas. Su hogar se halla en las zonas del Caribe, llegando hasta Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá. Si los ha visto alguna vez en persona, sabrá lo llamativo que resulta encontrarse de pronto una hoja doblada de forma singular. Al abrirla, encontrará pequeñas colonias, pequeños grupos familiares de murciélagos blancos, unidos entre sí en ese pequeño y natural habitáculo.
Tanto los machos como las hembras participan en la construcción de sus hogares. Para ello, suelen utilizar cerca de 5 clases diferentes de hojas. Las cortan y les van dando forma, con la cual evitará la humedad de esas altas temperaturas, de los escenarios donde viven, y cuidando además que haya espacio suficiente para una familia de entre 7 y 8 miembros.
Pero ocurre algo curioso, cuando el Ectophyllia alba tiene crías (una madre de esta especie puede tener hasta 2 bebés murciélagos al año) la pequeña colonia cambia su distribución, pues al nacer las crías, solamente se quedan las hembras, y un único macho a habitar en ella; esta es la razón por la que a veces se pueden encontrar también colonias exclusivamente conformadas por machos.
Estos tiernos y angelicales mamíferos voladores de escasos centímetros de longitud, tienen pelo blanco nieve, nariz y orejas amarillas; se alimentan principalmente de frutas y vegetales. Son la antítesis de los ‘oscuros sangrientos vampiros’ que alimentan las leyendas, y son también, uno de los murciélagos más pequeños del reino animal. Pesan apenas 10 gramos, se alimentan de frutas, hojas y semillas, y suelen llevar una vida muy tranquila en sus ‘tiendas de campaña’.
Las crías con apenas 7 días de nacidas, ya son capaces de volar, y según los biólogos, con 35 días, ya son exactamente iguales a los adultos. Son fascinantes.