Los kilims, alfombras tradicionalmente usadas por los nómadas en Asia Central, se han ganado un lugar destacado en el mundo de la decoración.
Los kilims son las primeras alfombras que existieron en Asia Central, hace más de 3,500 años, y se usaban en los suelos y paredes de las tiendas de los pueblos nómadas, así como en las sillas de los caballos, o protegiendo el equipaje.
Entonces, ¿es una alfombra? Sí y no. El esqueleto de las alfombras, es una base formada por hilos verticales (urdimbre) clavadas sobre un telar. Sobre la urdimbre, se tejen en horizontal (de izquierda a derecha) filas de nudos (normalmente de lana, aunque también pueden ser de seda). Una vez finalizada una fila, se coloca un hilo horizontal, la trama, que recorre entrando y saliendo la urdimbre, para que los nudos no se muevan. Y así sucesivamente, hasta terminar la alfombra.
¿Y el kilim? Pues es básicamente el esqueleto de la alfombra: la urdimbre y la trama. La técnica que se aplica durante el proceso de elaboración, obliga al remate del tejido antes de los cambios de color. Así que los kilims nunca mezclan los colores (de hecho, kilim significa, que no mezcla colores).
Cada vez que se termina de tejer un dibujo, es rematado meticulosamente para comenzar el siguiente, y así sucesivamente. Además, al no tener nudos, los kilims son mucho más ligeros y frescos. (Por eso, los nómadas los usaban, ya que la arena del desierto no se les colaba entre los nudos). Sin embargo, son menos resistentes y duraderos, se arrugan y ensucian con más facilidad.
Kilims según su origen
•Turquía: La creatividad de los kilims turcos, viene de la mano de mujeres que con lana de oveja y algodón, tejen los kilims, utilizando motivos geométricos, algunas flores en los lados y el motivo más destacado: el elibelinde, una figura femenina estilizada, que simboliza la maternidad y la fertilidad.
•Irán: La antigua Persia, ha sido la cuna de las alfombras, y respecto a las de origen turco, estos kilims destacan por su tamaño XL, y el uso del blanco, contrastando con los demás colores.
•Afganistán: Aquí los motivos son más grandes y gruesos, y los kilims suelen estar hechos de lana de cabra, e incluso de pelo de caballo. Los colores son más oscuros.
•Egipto: La mayoría de kilims son de lana, y tienen un diseño, es naif.
•Moldavia: Son muy fáciles de reconocer, ya que el motivo más recurrente, es la forma de rosa en rojos o rosados, y hojas verdes sobre fondos más oscuros.
Los kilims son perfectos durante todo el año, incluso en verano, ya que la lana no sólo aísla del frío, sino también del calor.
En el salón, en el dormitorio, o en su rincón favorito, los kilims son versátiles aportan texturas y color, y se vuelven indispensables, una vez que llegan a su casa. Los kilims quedan bien con cualquier estilo: rústico, industrial, étnico e incluso romántico. Si le gustan los kilims, seguro que encuentra el suyo.