Es una sala de conciertos monolítica al aire libre con vistas a las ruinas de la Gran Muralla, de la época de la dinastía Ming.

El estudio de arquitectura ‘OPEN’, con sede en Pekín, dirigida por Li Hu y Huang Wenjing, recibió el encargo de proyectar este edificio singular. ‘La Capilla del Sonido’ se encuentra en un valle montañoso a dos horas en automóvil del centro de Pekín.

‘OPEN’, motivado por el deseo de minimizar la huella de la sala de conciertos en el valle, creó una estructura completamente de concreto que se enriquece con un agregado de rocas locales ricas en minerales y que está en diálogo con el impresionante paisaje natural, al mismo tiempo que también se siente innegablemente creada por el hombre.

El estudio de arquitectura ‘OPEN’, proyectó el edificio con voladizos estriados desde la capa inferior para crear la forma de cono invertido. Su programa tiene un anfiteatro semi-descubierto, escenario al aire libre, plataformas de observación y una sala verde. Las escaleras de caracol atraviesan el edificio hasta una plataforma en la azotea que ofrece vistas panorámicas del valle y la Gran Muralla.

Sin calefacción ni aire acondicionado, ‘La Capilla del Sonido’ tiene un consumo mínimo de energía, algo de lo que ‘OPEN’ fue muy consciente al proyectar el edificio. Las aberturas también permiten que entren los elementos naturales, un vacío en el centro de la azotea permite que la luz del día entre en la estructura e ilumina naturalmente los espacios de actuación. Cuando llueve, el agua también caerá en cascada a través del vacío, sin embargo, inspirados en el Panteón de Roma, ‘OPEN’ proyectó un sistema que drena el agua rápidamente.

Li y Huang pasaron más de 10 años formándose y trabajando en Estados Unidos y, como resultado, son muy conscientes de alejarse de las ideas de arquitectura tradicionalmente ‘orientales’ u ‘occidentales’, particularmente cuando se trata de espacios culturales. ‘OPEN’ entiende que las diferencias percibidas en la forma en que las culturas experimentan los eventos y los espacios son exageradas y, a través de su arquitectura, se esfuerzan por demostrar que la arquitectura tiene el poder de conectar a las personas entre sí, con la naturaleza y con nuestro propio pasado y futuro.