Elaborada en mosaico de jade, concha y obsidiana gris, la máscara es reconocida como la embajadora de Campeche, ante el mundo.
Tiene más de 1.200 años de antigüedad y es una de las piezas arqueológicas más importantes en la historia de la cultura maya, expuesta en el Museo Nacional de Antropología.
La ‘Máscara de Calakmul’, hallada a principios de los años 80, representa las costumbres de una de las más grandes culturas prehispánicas de la civilización mesoamericana.
Su nombre remite al yacimiento arqueológico maya, situado al sureste del estado mexicano de Campeche, en la región del Petén, donde se encontró esta máscara de jade, piedra sagrada del dios del maíz, concha y obsidiana gris, que representan la vida, la muerte y la resurrección.
Por su connotación sagrada, el jade es el componente esencial de las máscaras funerarias de los soberanos mayas.
Los gobernantes tenían atributos divinos, y durante su vida podían transitar entre los tres niveles del cosmos. El ajuar funerario, les daba la identidad que debían portar en su paso al inframundo; y la máscara les daba el rostro del dios del maíz.
Jade, piedra sagrada
Este jade verde esmeralda se obtenía de los nubosos yacimientos en las riberas del río Motagua, en Guatemala.
Por estar asociado al agua y tener el color esencial de la naturaleza, se relaciona con el cielo y el mar primordial de la creación. Es símbolo de aliento vital, fertilidad y renacimiento.
Símbolos sagrados
Cada uno de los elementos de la máscara, guarda su propio significado y, al mismo tiempo, todos ellos se relacionan entre sí. Son parte de una suma compleja.
La cosmogonía maya no es un pensamiento lineal. En ella, la naturaleza y la divinidad, lo animal y lo humano, la vida y la muerte, son planos que se entrelazan y conviven continuamente.
Bajo la barbilla, una mariposa con las alas extendidas, simboliza el mensaje del sol, representando el alma del difunto. Tras su muerte, los mayas creían que el soberano se convertiría en una semilla de maíz, lo que aseguraría el alimento de su pueblo en un ciclo de existencia infinita.
El tocado de la máscara, del que brotan dos pequeñas hojas de maíz, incita a la ‘Montaña Sagrada’, pues para los mayas, el hombre fue modelado de los tres granos primordiales de maíz, alimento que hasta hoy supone el sustento principal del pueblo mexicano, y que se encuentra muy presente en su gastronomía.