Es el último espacio artístico inaugurado en Noruega. En este puente-museo-escultura el arte envuelve la construcción y a sus alrededores.

El edificio ‘The Twist’, que complementa al ‘Museo Kistefos’, está situado en la pequeña población de Jevnaker, a 80 km de Oslo, y ha sido diseñado por el afamado estudio de arquitectura ‘BIG’. Su director creativo, Bjarke Ingels, define este atrevido proyecto arquitectónico como ‘un espacio híbrido que es a la vez un museo, un puente y una escultura habitable. Como puente, reconfigura el parque de esculturas convirtiendo el recorrido en un bucle. Como museo, conecta dos espacios diferentes, la galería vertical escondida de la luz del sol y la horizontal con vistas panorámicas al río. Además, se crea un tercer espacio que une los dos anteriores, el llamado giro, que representa un nuevo reto para la integración de los artistas y el arte. El edificio se integra como una escultura más en el parque’.

Un simple giro en el volumen del edificio permite que el puente se eleve desde la orilla del río, más baja y boscosa en el sur, hasta el área de la ladera en el norte. Como un camino continuo en el paisaje, ambos lados del edificio sirven como entrada principal. Desde la entrada sur, los visitantes cruzan un puente de acero revestido de aluminio de 16 m para llegar al espacio de doble altura con una vista despejada hacia el extremo norte, similarmente conectado con un puente peatonal de 9 m.

La geometría de doble curva del museo, se compone de paneles de aluminio rectos de 40 cm de ancho, dispuestos como una pila de libros, movidos muy ligeramente en un movimiento abanico. Desde cualquier dirección, los visitantes experimentan la galería retorcida, como si caminaran a través del obturador de una cámara.

La capacidad de compartimentar, dividir o fusionar los espacios de la galería, crea flexibilidad para la programación artística de ‘Kistefos’. Otro cerramiento constituido enteramente en cristal, potencia la conexión de los visitantes con el río, mejorando aún más la experiencia y el sentimiento de estar inmerso en los magníficos bosques de las afueras de Oslo.