Casa Romántica, llamada así por el nombre de la calle donde está ubicada, con una connotación ideal para quienes la habitan. Es diseñada para una familia de 4 integrantes que se apropian el título por su personalidad.

El planteamiento surge bajo la primer condicionante, un terreno irregular caracterizado por un frente de acceso muy estrecho, del cual derivan las poligonales alejándose una de la otra; esto resulta en una solución arquitectónica que cumple con el objetivo de ocultar la cochera de la vista frontal y permite tener una fachada permeable que se secciona en diferentes planos.

La casa parte de un eje central el cual vestíbulo cuatro cuadrantes por medio de la intersección de circulaciones horizontales y verticales en triple altura, distribuyendo hacia todas las áreas de la vivienda.

La selección de materiales interiores se vuelve muy simple al hacer uso del concreto pulido como protagonista. Este se apropia de la casa. Se extiende por muros y plafones y permite que la carpintería de aspecto tropical y la selección de mobiliario destaquen como elementos de calidez evocado a la naturaleza en un ambiente rústico y minimalista.

Desde el exterior se aprecian una serie de volúmenes blancos que distinguen la composición del proyecto, los cuales descansan suavemente sobre los basamentos de madera y concreto.

La edificación responde al contexto y a la orientación por medio de subtracciones de las cuales emergen mamparas terminadas en concreto pulido que juegan al contraste y hablan de secuela y repetición, brindando privacidad al interior.

La extensión del terreno libre cubierto por grava exhibe una paleta vegetal árida que, junto a unas huellas de concreto conduce a ciertas intersecciones entre el exterior hasta desembocar en una gran alberca configurada en forma de trapecio que emula al mar caribe por su tonalidad y reflejo.