La Ópera de Sídney es el símbolo de Australia, así como la torre Eiffel lo es de Francia. Fue una de las candidatas al concurso la nuevas 7 maravillas y ha sido recientemente declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, siendo el único monumento cuyo arquitecto estaba vivo al momento de su designación. Su creador, el laureado danés Jørn Utzon, obtuvo en el 2003 el premio Pritzker de arquitectura. Pero sobre todo la Ópera de Sídney es una obra maestra de la arquitectura, ingeniería y acústica al servicio de la música y que ha logrado trascender como el símbolo icónico de una nación.

La Ópera está ubicada en la ciudad de Sidney, en el distrito Central Business District, en el estado Nueva Gales del Sur en Australia. También se le conoce como Casa de la Ópera de Sidney.

En 1946 el afamado director y compositor inglés Eugene Goossens llegó a Sídney para dirigir la Orquesta Sinfónica de esa ciudad y fue quien inspirara la idea de construir un edificio especializado para la ejecución de ópera. Alejado de Australia en 1956, sembraría la iniciativa que se tradujo en un concurso internacional de arquitectura en diciembre de ese año. El notable arquitecto vanguardista norteamericano-finés Eero Saarinen, miembro del jurado (quien llegara tarde al evento) hizo revisar de nuevo algunos proyectos ya desechados por los otros jueces, y cuando vio los esquemas del joven arquitecto danés Utzon, exclamó “Señores, he aquí la ópera que están buscando”.

Antes de ser arquitecto Utzon había sido marinero y la forma de los veleros sería una influencia importante en su diseño. También  estudió con detalle la forma de la península de Bennelong Point y supo que el edificio sería el protagonista visual de la misma. Encontró mucha similitud con la ubicación del prominente castillo de Kronborg en su nativa Dinamarca y a fin de resaltar su propuesta se sirvió de un podio de escalinatas, inspirándose en las ruinas mexicanas de Monte Albán.

Su  inauguración se realizó en 1973 y tuvo la presencia de la reina Isabel II. La Ópera de Sídney tardó seis años más de lo previsto en ser concluida, ya que tardó en construirse nada menos que dieciséis años. Asimismo, el presupuesto inicial de la obra se incrementó diez veces más.

Es una edificación expresionista de diseño muy innovador. Está conformado por una especie de conchas prefabricadas que forman las bóvedas de la estructura. Se eligió este tipo de formas de cáscaras para aligerar el peso de la construcción, cuyas bases se apoyan en 580 pilares de 25 metros de profundidad bajo el nivel del mar.

La edificación está compuesta por tres cuerpos principales: el Salón de Conciertos y el Teatro de la Ópera, donde se realizan muchos eventos culturales como obras de teatro, de ópera, producciones musicales y  presentaciones de ballet, así como un ambiente  más pequeño que es el Restaurante Bennelong. Éstos espacios albergan un teatro para drama, una sala de música y un estudio, los que conjuntamente soportan una capacidad de 7,000 espectadores. Entre sus 800 habitaciones, se encuentran 5 estudios de práctica, 60 vestuarios, 5 restaurantes, tiendas de souvenirs, etc.

Las azoteas tienen más de un millón de azulejos brillantes y cremas, a manera que el edificio brille con el sol pero no constituya  un elemento cegador, fabricados para que se autolimpien aunque periódicamente se realiza un mantenimiento y reemplazo de algunos de ellos. Todo el interior del edificio ha sido construido con granito rosado, madera y contrachapado.

En la actualidad es administrada por la Opera House Trust, que es un organismo al mando del Ministerio de Arte del estado. Alberga a la Ópera de Australia, la Compañía de Teatro de Sidney y la Orquesta Sinfónica de Sidney.