Si bien el escenario principal para los eventos deportivos en las olimpiadas de invierno de Vancouver 2010 fue el Richmond Olympic Oval, la sede cultural fue el Centro de Convenciones de

Vancouver. Precisamente, con motivo de las olimpiadas, el antiguo Centro de Convenciones triplicó su capacidad, añadiendo un nuevo edificio hacia el oeste.

Concepto

El edificio busca ser un nexo entre la ciudad y el mar, tanto en términos físicos como simbólicos y ecológicos. La dramática

inclinación de sus paredes, cuya transparencia hace evidente el carácter público del recinto, dinamiza un programa rigurosamente funcional y flexible.

Los enormes espacios de exhibición, recubiertos en una cálida y detallada piel de madera, permiten albergar grandes eventos o

subdividirse para exposiciones más pequeñas. A este extraordinario requerimiento funcional se añaden equipamientos lumínicos y acústicos excepcionales.

Otro aspecto interesante es el diseño del techo, que se cobija las diversas funciones en una forma dinámica, permitiendo al visitante gozar de las mejores vistas del entorno. El cielorraso, compuesto por largas tiras de madera, acompaña el variante recorrido del techo, que por momentos se introduce en el edificio y que exteriormente ofrece una volumetría que se integra con el paisaje urbano y natural.

Uno de los elementos más espectaculares en el edificio es una pared cubierta por más de un millón de bloques de madera de distinto espesor, montados sobre miles de paneles. La idea es muy simple, pero logra un efecto estimulante gracias al juego de la textura y de la sombra tan cambiante como los tonos de la madera de los bloquecitos. Para su construcción se utilizaron robots que realizaron el montaje de los bloques.

Diseño sustentable

Existen varios elementos de diseño sustentable en el Centro de Convenciones, por ejemplo, el uso de madera local o el uso de sistemas de ventilación naturales durante el verano.

El techo de 24,000 m2 está cubierto por plantas de la costa,  que permiten el desarrollo de más de 400,000 especies de plantas, acogiendo a diversos insectos, aves y 4 colonias de 60.000 abejas cada una, que proporcionan miel para el público en el restaurante.

A ello favorece la forma del techo, que se deposita como una bandeja verde sobre el edificio.  El agua de lluvia es capturada en canales especiales, tratada en el subsuelo y se recicla para su uso en el baño, así como irrigación de la cubierta verde.

El reciclaje promedio del edificio es de 180.000 kg. de materiales anualmente, la mitad del volumen total de residuos generados, evitando los alimentos enlatados, los utensilios y platos desechables.

En cuanto la energía, el edificio de más reciente creación en el lado oeste del inmueble cuenta con la certificación LEED Platino, convirtiéndolo en el centro de convenciones que obtiene la certificación más alta en el mundo.

La naturaleza y la actitud sostenible se convierten en una inspiración inteligente para la vida urbana, y un claro ejemplo de ello es sin duda el Vancouver Convention Centre.

En las aguas del Pacífico que rodean la isla de Vancouver vive una de las mayores poblaciones de ballenas del mundo. Entre ellas alrededor de ochenta orcas, a las que se puede observar durante cualquier época del año.

Desde mayo de 2009, junto al Centro de Convenciones, se encuentra una curiosa escultura que rinde justo homenaje al gigante animal. Digital Orca es una escultura metálica hecha de pequeños cubos  por el artista canadiense Douglas Coupland que forman la imagen de una ballena pixelada. Vista desde lejos produce un efecto óptico realmente impactante.