El entorno profesional cada vez más digitalizado han favorecido una tendencia en los últimos años por la que las empresas imprimen más de lo que es necesario.
Idealmente, los eco consejos se reducirían a lo siguiente, no tener impresora. Ni siquiera se trataría de no utilizarla, sino de prescindir de ella por completo.
Sin embargo, esto puede no ser factible y, a nivel estadístico, su uso en hogares y empresas puede considerarse habitual.
A continuación algunos trucos eco amigables para que la impresión signifique darle un uso a la impresora más razonable y a la vez sostenible.
No es renunciar a imprimir si realmente se considera necesario, pues es innegable que también supone un adelanto tecnológico de lo más práctico.
Aplicar las tres erres, y es que las famosas tres erres de la ecología, reducir, reciclar y reutilizar, encajan a la perfección cuando se trata de tomar decisiones a la hora de imprimir. Al tener en mente esta pequeña regla se tomaran decisiones acertadas.
Entre otras, imprimir lo imprescindible, reducir, hacerlo por ambas caras o usar las hojas impresas sólo por un lado como cuadernos de notas, reutilizar, así como, por ejemplo, usar papel reciclado y, a su vez, una vez desechado separarlo para que se recicle. Imprimir las imágenes supone un despilfarro de tinta importante.
Evitar imprimir correos electrónicos y borradores así como archivar las copias de forma electrónica. Aquí entra en juego el criterio del empleado y su capacidad de discernir entre las copias físicas de las que puede prescindir y las que no.
Realizar correcciones previas, imprimir cuando se hayan hecho las correcciones pertinentes es otra manera de ahorrar papel, electricidad y tinta. Para ello, releer y corregir los errores con anterioridad, incluso enviando por correo electrónico o compartiendo documentos de cualquier otro modo.
No desactivar el modo de ahorro de energía. De esta forma, la empresa consigue una notable reducción en el consumo eléctrico.
Es importante ser selectivos a la hora de imprimir, es una manera fácil de ahorrar dinero y reducir el impacto ambiental sin renunciar a la utilidad con nuestra impresión.
La suma de estos pequeños eco gestos aplicados de forma cotidiana es un modo sencillo de conseguir grandes resultados al cabo del tiempo. Sobre todo, además, si con ello se da el ejemplo en el medio laboral o familiar.