Las ‘kettlebells’ permiten dar una nueva dimensión al entrenamiento de tonificación muscular.
Son unos utensilios pensados para trabajar la tonificación muscular de una forma más completa, que con los tradicionales levantamientos de pesas, con mancuernas o barras con diferentes pesos.
Los gimnasios más top, ya cuentan con clases únicas de ‘kettlebells’, en las que los instructores trabajan prácticamente todos los grupos musculares con estas pesas rusas, aunque también es muy normal que sirvan de complemento a otro tipo de actividades físicas, en las que se combinan diferentes tipos de ejercicios, como puede ser el crossfit.
Y es que, los beneficios para la salud que proporciona el entrenamiento con ‘kettlebells’ son amplios:
•Las ‘kettlebells’ consiguen una tonificación muscular completa, ya que con ellas se pueden trabajar tanto los grupos musculares, como los músculos estabilizadores, mucho más difíciles de ejercitar con los ejercicios tradicionales de levantamiento de pesas.
•Ayuda a desarrollar la fuerza funcional y la resistencia tanto física como mental, puesto que las tandas de ejercicios también están pensadas para ejercitar el cuerpo para las tareas diarias. El esfuerzo con las ‘kettlebells’ no sólo se queda en la sala del gimnasio.
•Son buenas para ayudar a combatir el estrés y la ansiedad. Además, normalmente las clases son en grupo, por lo que contribuye también a la socialización.
•Pueden mejorar la postura corporal, ya que, para hacer bien los ejercicios, el instructor especializado estará bien atento a que los participantes hagan los movimientos de manera correcta, para no producir una lesión.
•Con las pesas rusas también se trabajan las articulaciones, la flexibilidad y el buen tono corporal general.
Aunque el levantamiento de pesas es un ejercicio anaeróbico y, por lo tanto, no es la primera opción en un programa de entrenamiento cuyo principal objetivo sea el adelgazamiento, este tipo de ejercicio ayuda a mejorar la masa muscular y, con ello, acelera el metabolismo, puesto que los músculos necesitan bastante energía para poder funcionar.
Así, a la larga, es más fácil mantener la línea, aunque hay que tener en cuenta que los músculos pesan más que la grasa, por lo que muchas personas se asustan al subir a la báscula y ver que no han perdido peso (aunque sí grasa).