Kenton Lee creó unas sandalias que crecen con el pie de los pequeños. Una solución a la necesidad de cambiar de zapatos constantemente, sobre todo si no se tienen recursos.
En países de escasos recursos, pocas familias tienen la posibilidad de dotar constantemente con ropa y calzado a los niños, lo que obliga a los menores a olvidarse de los zapatos y caminar descalzos. Esta situación, según datos de la Organización Mundial de la Salud, pone en riesgo la salud de los pequeños, debido al estado de contaminación en que se encuentra el suelo.
Cerca de dos mil millones de personas en el mundo, sufren enfermedades transmitidas por parásitos del suelo. Viven en áreas sin recogida de basura, y no tienen acceso a una higiene apropiada. Se calcula, según la organización; 300 millones de niños, no tienen zapatos. Otros muchos sí llevan calzado, aunque no de su talla.
Kenton Lee proviene de Idaho, Estados Unidos. Durante el 2007 se dedicó a su trabajo como misionero en Kenia. En el camino encontró a una niña que tenía unos zapatos mucho más pequeños que sus pies. Teniendo en cuenta esta situación, que afecta a varios menores de esa región, pensó en fabricar un calzado que se pudiera expandir y ajustar, con el objetivo de buscar la comodidad para los niños.
Con esta idea, y después de tocar varias puertas de empresas de calzado sin éxito, Lee consiguió asociarse con Gary Pitman, un experto en la materia, que había trabajado en Adidas y Nike, y que ya contaba con su propia empresa (Proof of Concept). Allí, pudieron diseñar las sandalias, que fueron bautizadas con el nombre de The shoe that grows (el zapato que crece). Un sistema de hebillas, botones y clavijas que logra expandir el zapato hasta 5 tamaños. Fabricado con cuero resistente, broches de metal y caucho comprimido.
Logró ejecutar la idea fundando su propia ONG, y empezó a enviarlos a algunos cuantos países de África. La popularidad que ha logrado alcanzar la causa, ha hecho que se plantee incluso, hacer un modelo para niños provenientes de países desarrollados.
La sandalia se puede usar durante cinco años y tiene dos tallas, una para niños de 4 o 5 años hasta los 10 años de edad, y otra talla que abarca desde los 10 hasta los 15.
Cada zapato tiene tiras que se pueden ir ajustando, una suela que también se puede agrandar, y una pequeña hebilla en el talón, que regula el ancho de la sandalia.
Una de las ventajas de esta sandalia, es la facilidad de transporte. El zapato es plegable, de forma que pueden guardarse 50 pares en una maleta estándar con un peso de unos 20 kilos. The shoe that grows, distribuye sus zapatos a través de organizaciones que trabajan por todo el mundo. Su invento ya llega a México, Malawi, Sudáfrica, Kenia, India y Camboya. Aunque el objetivo es alcanzar todas las regiones más pobres del mundo.