Hudson Yards, el exclusivo desarrollo inmobiliario que transforma Nueva York.

Calificado como el mayor proyecto inmobiliario privado de la historia de EE.UU, el imponente complejo urbanístico Hudson Yards convirtió una zona abandonada del oeste de Manhattan en un nuevo centro neurálgico de la ciudad.

En marzo de 2008, justo cuando el mundo atravesaba por la más aguda crisis financiera, una empresa de bienes raíces, adquirió los derechos para construir sobre los patios de trenes de Nueva York, un proyecto de usos mixtos, que se extiende sobre una superficie de 120,000 metros cuadrados. Los inversionistas estuvieron dispuestos a pagar mil millones de dólares por el derecho a desarrollar la última frontera de Manhattan, edificando miles de metros cuadrados de espacio de oficinas, residencial y comercial. ‘Hudson Yards’, como es ahora conocido, está ubicado a una milla al oeste de Times Square, a lo largo de la orilla del río Hudson, y ha sido un rotundo éxito.

La estructura de 3.200 toneladas, está hecha de acero y cemento, fabricados en Monfalcone, Italia.

Puede recibir de 600 visitantes a la vez, tiene una altura de 46 metros (150 pies), con una base angosta que se va abriendo hacia arriba, hasta alcanzar un ancho de 46 metros.

La construcción del proyecto fue sumamente compleja.  Solo la infraestructura que cubre los patios de trenes, requirió de otros mil millones de dólares para construir una enorme plataforma, que demandó más de treinta mil toneladas de acero, y una gran cantidad de concreto, para levantar los rascacielos que ahora se encuentran ahí.

Toda la plataforma, se asentó sobre unos cajones de concreto anclados en el subsuelo rocoso de Nueva York, es decir los edificios en sí no están desplantados sobre un terreno, si no sobre esta mega estructura construida, sobre el patio de maniobras más activo de Estados Unidos.

Es un proyecto increíble desde el punto de vista logístico y tecnológico, y una vez terminado, se convertirá en el desarrollo privado más grande de Estados Unidos.

Además de una muy creativa estructura financiera, la ciudad de Nueva York, contribuyó al desarrollo en el entendido de que las acciones públicas como los cambios regulatorios, o la inversión en infraestructura, pueden generar grandes aumentos en el valor de la tierra. El desarrollo ha sido posible, gracias a la rezonificación del área, y la extensión de la línea 7 del metro, inaugurada en 2015. Estas dos acciones solas, generarán miles de millones de dólares en un mayor valor de la tierra, y la ciudad capturará parte de esa revaluación para su beneficio.

Al analizar esta historia uno no puede dejar de pensar en los factores que propician la ejecución de esta  inversión multi-anual, y multi millonaria. Los inversionistas de largo plazo, requieren de reglas claras, alineación de objetivos, estabilidad y un rumbo fijo del gobierno sin importar partidos. En 2014, por ejemplo, el gobierno de la ciudad de Nueva York, pasó del partido Republicano al Demócrata, y esto no significó una reevaluación del proyecto, ni se habló de cancelaciones basados en supuestos ideológicos.

Esa claridad y certidumbre, son indispensables para que los negocios prosperen, y los ciudadanos mejoren su nivel de vida, ojalá que nuestro país tome conciencia, y transite ordenadamente en esa dirección.