Recuerda que tus inmuebles son tu patrimonio para toda la vida y proteger tu inversión con la ayuda de profesionales es lo más acertado.
Una de las opciones para incrementar nuestros ingresos es rentar algún inmueble que poseamos y a veces, hasta rentar parte de nuestra casa. Sin embargo, hacer negocios con una persona que no conoces implica riesgos. Lo más recomendable es contratar los servicios de una agencia de bienes raíces que cuente con experiencia en rentar inmuebles.
Es común que la mayoría de los problemas entre arrendadores e inquilinos surjan porque ambas partes desconocen sus derechos y obligaciones. Si tu estás en alguna de estas partes más vale que no te fíes de la buena voluntad y pongas la ley de por medio. Una agencia de bienes raíces conoce mejor que tú las leyes, riesgos y forma de protección en caso de incumplimiento de los inquilinos. Una agencia de bienes raíces te ofrece los siguientes servicios:
• Determina el monto de la renta según un estudio comparativo de mercado.
• Comprueba que el uso que se dará al inmueble y si requiere de ciertos permisos del municipio.
• Elabora un contrato de arrendamiento que cumpla con las leyes correspondientes.
• Establece los tipos de garantías: meses de depósito, aval (fiador), costo de reparaciones, etc.
• Proporciona asesoría en cuanto a los impuestos a pagar.
• Apoyo para la promoción de la renta del inmueble según los canales que ya tenga establecidos, como a través de internet, revistas, avisos clasificados, etc.
• Recomendaciones para mejorar el aspecto y estado de la casa para que adquiera más valor.
• Realiza los acuerdos directamente con los inquilinos.
• Investiga estatus y solvencia de la persona o empresa que está interesada en rentar el inmueble; lo mismo aplica al fiador.
• Hace entrega del inmueble al nuevo inquilino.
Que un profesional se encargue de realizar todo lo anterior por ti, eliminaría un peso de encima. Sólo tienes que contactar las agencias de bienes raíces y contratar la que más te convenga.
Por otra parte, si parece buena opción rentar a un pariente o amistad, mejor piénsalo dos veces; son numerosos los casos de incumplimiento que se dan y además de representar una carga económica para el rentero, se convierte en un problema familiar.